ENTRE LO MALO Y LO MEJOR. A PROPÓSITO DEL GORGUEL.
"El puerto del Gorguel es una aberración técnica, económica y medioambiental; porque un puerto no puede diseñarse con el cuento de la lechera, sino que debe crecer sobre la base estadística de una demanda creciente y un hinterland definido y seguro"
CECILIO HERNÁNDEZ RUBIRA
laopinióndemurcia.es
La búsqueda de lo bueno, como paso intermedio y necesario entre lo malo y lo mejor, no parece un objetivo que la sociedad murciana haya perseguido para su bienestar. La familia política de esta Región, en todas las vertientes ideológicas, ha preferido pasar de la cueva al castillo sin pasar por la casa y así nos luce el pelo en nuestras infraestructuras básica. Si tenemos una red de carreteras con anchos, trazados y firmes muy deficientes, en lugar de adaptarla y mejorarla, nosotros pasamos a ser la primera autonomía con más kilómetros de autovía por mil habitantes o km2.
Si tenemos un aeropuerto que ha movido dos millones de pasajeros al año, con las limitaciones propias de la base militar y con una sola pista, en el que se han invertido más de cien millones de euros en una segunda pista, nueva torre de control, nuevas instalaciones y otras mejoras, nosotros, en vez de esperar a ver el comportamientos de las nuevas instalaciones para comprobar cuántos pasajeros son capaces de absorber, nos metemos a ejecutar un nuevo aeropuerto con una inversión de más de trescientos millones de euros y lo dotamos de carreteras de acceso, servicios de agua y luz y, por si faltaba poco, obligamos a que el tren cambie su traza natural a Cartagena para que, con estación soterrada (qué ironía, en el llano del Campo de Cartagena) pare el futuro AVE a Cartagena, que llega a través de un túnel en Carrascoy y arrancando desde Alcantarilla, municipio de menor superficie de la Región, y donde irán a converger los nudos de las autovías principales y del ferrocarril.
Si tenemos un puerto de Cartagena, cuya vida y especialidad son los graneles líquidos y por ello se amplió en la bahía de Escombreras, dotándolo de un acceso por carretera y por ferrocarril, cuyas mejoras están ya proyectadas, y tenemos la estadística de que los contenedores que mueve al año está en torno a los 60.000 TEU, en lugar de habilitar en Escombreras una zona para observar el crecimiento de mercancías y ver si éste justifica una terminal exclusiva de contenedores, nosotros nos metemos en construir un nuevo puerto en el Gorguel, que tendrá que dotarse de nuevas y costosas infraestructuras de carreteras y ferrocarril, perjudicando la regeneración de Portmán, con un coste superior a los mil millones de euros, y todo ello para intentar hacer la competencia a los puertos de Algeciras y Valencia que cada año se disputan la supremacía en el movimiento de contenedores con cifras que rondan los cuatro millones de TEU, siendo la diferencia entre ambos de unos pocos miles de contenedores.
Con la crisis actual, no parece lógico que se pongan en marcha nuevas autovías con costes de cuatro millones de euros por kilómetro y con el 40% de coste financiero, lo que representará pagos anuales de más de cien millones de euros para su amortización, es decir, todo el presupuesto de carreteras regionales por año. Estas carreteras, con un tráfico medio inferior a los 3000 vehículos por día pueden esperar cómodamente hasta que su duplicación de calzada esté justificada (9000 vehículos por día), mientras que urge corregir la descapitalización de la red regional, mejorar su trazado, su ancho y su señalización, sin olvidar que estas sencillas obras tienen un efecto multiplicador en mano de obra y bienestar de las poblaciones más aisladas, todo ello más urgente en época de crisis.
El nuevo aeropuerto es ya de inevitable vuelta atrás, a pesar de los penosos antecedentes de Ciudad Real y Castellón; no obstante, podría haberse aplazado su ejecución, así como evitado la inversión de más de sesenta millones de euros en accesos y servicios, junto con el aval de doscientos millones de euros, que ya veremos cómo acaba. Por el contrario, acelerar, promocionar y poner en marcha las instalaciones de San Javier que nada cuestan a los presupuestos de la Comunidad Autónoma y hubiera servido de conejito de indias para tantear el futuro de los mercados, sobre todo en el aspecto turístico.
El puerto del Gorguel es una aberración técnica, económica y medioambiental; porque un puerto no puede diseñarse con el cuento de la lechera, sino que debe crecer sobre la base estadística de una demanda creciente y un hinterland definido y seguro; es como un gran comercio, cuya ampliación exige una demanda estudiada y una economía de escala adecuada; en nuestro caso, disponemos de Escombreras como espacio para ver crecer la demanda. Pasar de 60.000 contenedores a millones de contenedores es un salto al vacío si se hace con una inversión millonario e ignorando los pasos intermedios. Valencia y Algeciras llevan muchos años moviendo en torno a cuatro millones de TEU y no parece que el mercado les haga crecer mucho más, ya que son unos miles de TEU por año lo que da la supremacía a uno y otro puerto: ¿con cuál va a competir el Gorguel? No entraré en la cuestión medioambiental, porque hay gente mucho más cualificada que yo en este campo y que ya ha expresado el daño que hará a la regeneración de Portman.
El escalón entre lo malo y lo mejor nos haría subir, paso a paso, con seguridad; por el contrario, su desprecio nos obliga al gran salto que finalmente acaba en batacazo y vuelta a empezar.
Más información: http://noalmacropuerto.blogspot.com/
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