16/10/08

MÁS DE UN MILLAR DE MURCIANOS ACUDEN A LA LLAMADA ITINERANTE DE LEO BASSI



Pepa García. La Verdad.
La plaza de Romea se convirtió pasadas las siete de la tarde de ayer en un hervidero de personas de todas las edades y condiciones sociales. Jóvenes con rastas y de punta en blanco, artistas y gente de la cultura, parejas de avanzada edad, madres con niños, abuelos..., todos ellos con ganas de protestar, ante lo que algunos calificaban como «una vergüenza lo que está pasando en Murcia», y de darlo a conocer a todo el mundo «porque mucha gente vive engañada», comentaban algunos de los asistentes. Más de 2.000 personas, según el propio Bassi anunciaba en la plaza de la Catedral desde su privilegiada atalaya rodante; «300 personas, nos ha dicho el cabo», según la pareja de policías locales que escoltaba la bassimanifestación; toda la plaza de Romea atestada de gente, según la que escribe, que no es ducha en estos cálculos, acudieron puntuales a la cita del bufón Leo Bassi para denunciar corrupciones políticas, y escándalos inmobiliarios.

Con un Bassibus improvisado, construido a base de andamios y tela, el espectáculo-denuncia comenzó con «un grito atávico -del público- para liberarse del silencio y la imposibilidad expresarse», como pidió Bassi.

Música rock -del grupo mallorquín Rock'n'tres y Pink Floid, entre otros- para denunciar la corrupción política y batucada animaron la sucesión de discursos de decenas de ciudadanos anónimos que, al principio un poco temerosos y luego lanzados, se atrevieron a subir a la palestra para denunciar desmanes.

Totana y su trama inmobiliaria y extorsionadora -pendiente de juicio-; las macrourbanizaciones, los campos de golf y el agua; los medios de transporte públicos; la escasa inversión en educación pública; el atentado ecológico contra la Marina de Cope y Calnegre; el inexistente reciclaje de los residuos que se realiza en los vertederos; la ley de memoria histórica y la reivindicación por los «50.000 murcianos desaparecidos y más de 1.200 fusilados durante la Guerra Civil»; la UCAM y las irregularidades en su gestión administrativa; la remodelación del barrio de la Paz y López Rejas; el apoyo del Gobierno a la UCAM para contar con nuevas titulaciones, como Arquitectura y Medicina, y la falta de inversión en la universidad pública; y el párking de la Avenida de la Libertad fueron algunos de los temas tratados por los ciudadanos que se subieron al escenario del Bassibus.

De entre todo lo denunciado, ninguna bomba explosiva, nada nuevo bajo el firmamento, salvo la necesidad de la gente de no seguir callando y la entrega del público a una causa que, por los aplausos, creían perdida.

Agresión organizada

Sí hubo algunos testimonios destacados. El más importante se produjo a última hora, pasadas las diez y media de la noche. Fue el de un vecino de Puente Tocinos, propietario de unos terrenos invadidos por la construcción de un hotel de 5 estrellas y 15 plantas que, según el denunciante, pertenece a las hermanas Koplowitz. Este vecino denunció que había recibido la visita de un grupo de matones -pertenecientes a una empresa de seguridad- que le habían roto la nariz a su hijo, vapuleado a su padre y amenazado a toda la familia. Según este vecino, todo está denunciado en los juzgados. Pero la revelación más impactante llegó cuando el valiente señor contó cómo su padre, cuando acudió a ver a Rajoy en febrero pasado, comprobó con estupor que entre los miembros del equipo de seguridad de Mariano Rajoy se encontraba uno de los matones que había pegado a su nieto.

Agua para obras

Durante el transcurso del Bassibus, también se proyectó un vídeo en el que se veía a camiones cuba de la empresa Hermanos Chelines cargando agua de una acequia para utilizarla en obras de construcción, algo que, según se denunció, «es totalmente ilegal».

Además, una estudiante de la UMU y miembro de la Plataforma para la Democracia denunció que la UCAM compró al Ministerio de Defensa, entonces a las órdenes de Trillo, «140.000 m2 en condiciones muy favorables y ahora tienen permiso para construir, en más de la mitad del terreno, dúplex, con los que se supone se sufraga la UCAM, que gestiona la Fundación San Antonio y sobre la que reina un gran oscurantismo, ya que está vinculada a muchas empresas privadas», denunció la chica, miembro del Consejo de Estudiantes.

Así que, sin incidentes, entre aplausos y aclamaciones, y abucheos para los gobernantes regionales, transcurrió una atípica tarde noche que tuvo a más de un millar de murcianos deambulando por el centro de la ciudad y que les invitó a alzar la voz y acabar con el silencio.

Calles para López rejas Y Pedro Alberto Cruz
Aunque escasamente organizado y altamente improvisado, el Bassibus no careció de un experimentado maestro de ceremonias, que con ayuda de la polémica censura de su espectáculo por parte de la Consejería de Cultura, predispuso a los numerosos asistentes en su favor.

Entre los números preparados, Leo Bassi rebautizó dos de las más céntricas zonas de la ciudad con nuevos nombres. Así, en la plaza de Julián Romea y sobre el letrero que anuncia su nombre, el bufón neoyorquino colocó, entre vítores y alzado por la masa, un cartel en el que se leía 'Calle Príncipe Pedro Alberto'.

Lo mismo hizo cuando el vehículo rodante llegó a las cuatro esquinas, escoltado y seguido por el público, y junto a la oficina que López Rejas tiene en la confluencia de Trapería con Platería rebautizó la intersección como 'Calle Timo de la Paz', nombre al que seguía una leyenda en la que se podía leer: 'Promueve: Lope El Rejas, SL.'

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